viernes, 2 de diciembre de 2016

CONCUCION DE SAVATER

FERNANDO SAVATER
ETICA PARA AMADOR
ROMO ESTRADA BRENDA ALEJANDRA
TERCERO A
OFIMATICA

Nos enseña que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Como nadie es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos.
Las circunstancias nos imponen elegir entre dos opciones que no hemos elegido: vamos, que hay ocasiones que elegimos aunque preferiríamos no tener que elegir.

Por órdenes: esperando o un castigo o una recompensa.
Por costumbre: porque es algo que estas habituado a hacer y ya haces sin pensarlo.
Por capricho: porque es algo que nos apetece hacer.

La mayoría de las cosas las hacemos porque nos las mandan, porque son un medio al ridículo, censura, chismorreo, deseo de aceptación en un grupo, o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas así, sin más ni más. Cuando uno tiene que salir a exponer el pellejo junto a las murallas de Troya desafiando el ataque de Aquiles, como hizo Héctor, o cuando hay que decidir entre tirar al mar la carga para salvar a la tripulación o tirar unos cuantos de la tripulación para salvar la carga

Plantea un lema fundamental para la ética "haz lo que quieras", y dice que hay que dejarse de órdenes y costumbres, de premios y castigos. No le preguntes a nadie que es lo que debes hacer con tu vida: pregúntatelo a ti mismo. 

Cuando tratamos a los demás como cosas, a la manera en que lo hacia Kane, lo que recibimos de ellos son también cosas. Pero de este modo nunca nos darán esos dones más sutiles que solo las personas pueden dar, no conseguiremos amistad, ni respeto, amor. Kane se le olvido este pequeño detalle y de pronto se dio cuenta de que tenía de todo salvo lo que nadie más que otra persona puede dar: aprecio sincero o cariño. . La verdad es que las cosas que tenemos nos tienen ellas también a nosotros en contrapartida: lo que poseemos nos posee. Lo que tenemos muy agarrado nos agarra también a su modo... o sea que más vale tener cuidado con no pasarse.

¿Sabes cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? Pues no ser imbéciles. La palabra «imbécil» es más sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latín báculos que significa «bastón»: el imbécil es el que necesita bastón para caminar. Tipos de imbéciles:
a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.
b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez. (Savater, 1996, 69).
c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.
d) El que sabe que quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe por qué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, a ver si entonces se encuentra más entonado.
e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.
Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia. Pero la conciencia no es algo que le toque a uno en una tómbola ni que nos caiga del cielo. Por supuesto, hay que reconocer que ciertas personas tienen desde pequeñas mejor «oído» ético que otras y un «buen gusto» moral espontáneo, pero este, «oído» y ese «buen gusto» pueden afirmarse y desarrollarse con la práctica. (Savater, 1996, 71). Lo contrario de ser imbécil es tener conciencia, que no es algo que tengan solo unos pocos, si no que se desarrolla si uno quiere. La conciencia consiste fundamentalmente en lo siguiente:
a) Saber que no todo da igual.
b) Darnos cuenta de que lo que hacemos verdaderamente nos conviene.
c) Saber que como un acto reflejo debemos rechazar lo que sabemos que no nos hace bien.
d) Que no escondamos los malos resultados de nuestros actos bajo los pretextos de que estábamos coaccionados por alguien o por algo.

Nos explica le ética con un ejemplo muy peculiar, sobre la historia de Robinson Crusoe, personaje que vive solo en una isla y que al ya estar bien establecido en ella, encuentra que no está solo, hablando de que encontró pruebas para poder decir que hay otros humanos en la isla, lo cual le causa un problema, el cual está lleno de dudas sobre lo que tendrá que hacer. La ética no se ocupa de cómo alimentarse mejor o de cuál es la manera más recomendable de protegerse del frío ni de qué hay que hacer para vadear un río sin ahogarse, cuestiones todas ellas sin duda muy importantes para sobrevivir en determinadas circunstancias; lo que a la ética le interesa, lo que constituye su especialidad, es cómo vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos. Si uno no sabe cómo arreglárselas para sobrevivir en los peligros naturales, pierde la vida, lo cual sin duda es un fastidio grande; pero si uno no tiene ni idea de ética, lo que pierde o malgasta es lo humano de su vida y eso no tiene ninguna gracia. Se debe tratar a las demás personas, como queremos que nos traten a nosotros, es lo que le interesa a la ética.

Cambia todos los temas vistos anteriormente por la inmadurez de realizar lo que se establece y supone que todos debemos hacer para poder convivir en la sociedad en la que tenemos que desarrollarnos, esto el autor lo define como inmoralidad.








IDENTIDAD NACIONAL

IDENTIDAD NACIONAL
ROMO ESTRDA BRENDA ALEJANDRA
TERCERO A OFIMATICA
ETICA
MAESTRA: BETZABETH MORENO ZILBA




La sólida identidad nacional se basa en una condición social, cultural y espacial. Es la identidad basada en el concepto de nación, es decir, el sentimiento de pertenencia a una colectividad histórico-cultural definida con características diversas, rasgos de cosmovisión definidos con mayor o menor localismo o universalismo (desde la cultura a la civilización), costumbres de interacción, organización social y política (particularmente, el Estado -tanto si se identifica con él como si se identifica contra él-). La identificación con una nación suele suponer la asunción, con distintos tipos y grados de sentimiento (amor a lo propio, odio o temor a lo ajeno, orgullofatalismovictimismo entre otros) de las formas concretas que esas características toman en ella. Se da simultáneamente a otras identidades individuales o identidades colectivas1 basadas en cualquier otro factor (la lengua, la raza, la religión, la social, y más.), asumiéndolas, superponiéndolas, ignorándolas o negándolas. Suele tomar como referencia elementos explícitos tales como símbolos patrios, símbolos naturales y signos distintivos (banderasescudoshimnosselecciones deportivasmonedas, etc.).
Históricamente la identidad nacional es una comunidad imaginada,2 la forma en que se efectuó la construcción de nación por los nacionalismos del siglo XIX en los estados-nación europeos y americanos; extendida al resto del mundo por los movimientos de resistencia al imperialismo y el colonialismo, y en la segunda mitad del siglo XX por la descolonización y el tercermundismo.
La identidad que cada cultura posee es de gran importancia, al forjarse México como un país pluricultural se abre a la posibilidad de una nueva identidad nacional la cual la sociedad adopta a partir de sus propios valores y creencias.
La historia del hombre en sociedad es el relato de la eterna adaptación de la persona con su entorno y de seres humanos en su  interacción con otros seres humanos. También es el recuento de su  devenir en el mundo, buscando imprimir en todo lo que hace la huella  de su sentir, de su articulación sobre la realidad y de su cultura.
En diferentes épocas las instituciones nacionales han incidido en la identidad y la cultura de los mayas (que por cierto no se auto reconocen como indígenas). Para ello se recurre al ejemplo de lo sucedido en el municipio de Yaxcabá, en Yucatán, donde cuatro personas con apellido maya, que corresponden a generaciones diferentes, son miembros de una misma familia que habita en ese lugar por lo menos desde la Colonia.
La revolución de Independencia permitió la salida de la sociedad mexicana del letargo colonial. “Los mexicanos” pudieron enfrentarse por vez primera con su rostro verdadero. Lo que encontraron fue  terrible: una nación escindida en castas (indios, criollos y mestizos).  Pueblos, haciendas y ciudades. Opulencia y extrema pobreza: una  sociedad sin ligamentos.
Como medida de inclusión celebrada en Pátzcuaro, Michoacán, se creó el Instituto Indigenista Interamericano como organismo de la  OEA. Éste se encargaría de impulsar que en los diversos países de América se crearán institutos indigenistas nacionales y se desarrollará una  política común de integración indígena en el continente.
La aculturación, es decir el proceso de cambio cultural dirigido, es  el marco de participación de organismos indigenistas en los procesos  sociales que el desarrollo económico va desatando y planteando como  problemas a resolver. La aculturación, en tanto categoría de reflexión y acción, postula la solución a los problemas de integración social  sobre la base de un marco educativo.
De tal manera, la identidad nacional es producto tanto de la  acción de las instituciones del Estado como de los movimientos  sociales que han intervenido local, regional y nacionalmente,  para darle contenido y forma a la idea, al imaginario, de lo que  significa pertenecer a México, ser y mostrarse como mexicano.
Si bien el proyecto nacional en muchos casos fue impuesto a  los indígenas, lo mismo que su pertenencia a México y su integración a una sola y hegemónica identidad nacional, no siempre  estos procesos se hicieron sobre la base de la destrucción de sus  identidades locales y culturales; como consecuencia, en muchos  sitios han coexistido tales identidades, aunque de forma conflictiva. 
La aplicación de programas en el marco de la comunidad hizo ver,  en la práctica, que no era posible inducir el cambio cultural asumiendo a la comunidad indígena como entidad aislada, porque ésta,  no obstante su autosuficiencia y su etnocentrismo, en modo alguno  actuaba con independencia, sino que, por el contrario, sólo era un satélite –uno de tantos satélites– de una constelación que tenía un centro fuerte de articulación, en todos los casos una comunidad urbana  mestiza.
De modo que en una misma comunidad, o en un mismo grupo social y cultural persisten e interactúan diversas identidades sociales. La noción del pluralismo cultural permitió reconocer la diversidad  en un amplio espectro de posibilidades sociales, que si bien encontraba en los pueblos indios un paradigma de diferencia cultural,  daban paso asimismo al reconocimiento de otros grupos sociales  que no eran o no se reconocían como indígenas y que participaban  de manera genérica en la cultura nacional, pero que reivindicaban  niveles de identidad: regionales, locales, barriales, etcétera.
 

CONCLUCION SAVATER

ROMO ESTRADA BRENDA ALEJANDRA
TERCERO A OFIMÁTICA